No detengas las aves que me asusta el silencio,
déjame escuchar como baten constantes sus alas,
permíteme mirar los malabares
con que diagraman extensiones en sus vuelos.
Déjame venir desde el fondo del abismo,
donde las cadenas urden la templanza,
socavando mis heridas de agujas y de péndulos.
No le digas a las horas que la noche me menciona
en un verbo impío de galaxias y espejismos.
Yo te entrego la historia de mi sangre fortuita
si liberas los trinos que encerraron tus rejas.
Si la humilde grandeza te hace grande y humilde,
si el poder de la gloria te ennoblece y te guía.
No detengas la luz que me asfixia la sombra,
déjame mirar como encienden sus velas
las chispas de fuego que enclaustraron tus sótanos.
Consiénteme el deseo de ese canto sin ruidos
su mendrugo de harina en mi mesa vacía.
No castigues mi sangre,
no me llames sin gritos,
no me mates sin muerte.-
Walter Faila
2 comentarios:
Esta marca el comienzo de toda esa serie de "Enfermedades" cada una de ellas excelente.
Te dejo un nuevo abrazo
Ross
q placer encontrarte! leí algunos, puerta abierta a deleitarte mas... pronto regreso, pero volver a leerte es como nunca haberte ido, tqm mi santy hermoso! mona onykytabe
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