viernes, 23 de julio de 2010

Manada




Por esos grises laberintos,
donde sollozan los sauces,
va la manada sin rumbo.
Corazones de almejas,
ojos de bueyes,
vientres de río.
De la mano del tiempo,
revueltas ilusiones
con olor a cadáveres
y el esperma olvidado
Alguien debe ser capaz
de rozar su lepra de vida,
Alguien debe intentar ser justo
cuando el olor a polvo
se vuelve alquitrán quemado
en las narices rotas
del dolor y la pobreza.
Castigar la ignominia
con el sudor de una sonrisa
en sus ojos de sombras,
Volverse por sobre de los hombros
a mirar la calle
repleta de suciedad y de egoísmo,
de limitaciones y zozobras
Alguien debe bajar la mirada,
y conmoverse cuando lame
el fango de sus dedos
la manada sedienta
Escuchar el latir precipitado
de sus pechos sombríos
y sus vientres de arroyo enarenado.-
Yo habré de acompañarte,
por esos laberintos grises
donde Marcia se suicidó una tarde
entre las páginas de un libro rojo
con su ángel endemoniado y perdido.
Tu vendrás conmigo,
por esos mismos laberintos
donde no llegan los hombres.
Donde la pluma es un cincel de alma
que talla huellas desdichadas
desde los ojos de los niños
y la respiración dificultosa de los viejos.
No te quedes mirando las huellas
mientras se alejan mis pasos
No te quedes mirando
como se pierde la tarde
en las ojeras de la luna.

Walter Faila

lunes, 5 de julio de 2010

El Ángel Perdido



Lo he visto descolgarse desde el tiempo
y escuché sus latidos en la plaza
sentí su aroma llegando con el viento
y en los escombros gritando con tu raza
Me dijeron que anduvo a contratiempo
desplegando sus cenizas como alas
que en el río vagaba mal herido
y su sangre brotaba desde el agua.
Lo he visto como ángel clandestino
entrando a tu hogar por la ventana
pidiendo unas limosnas al destino
reciclando su pena y su esperanza
Te aseguro que lo he visto, compañero,
con su vientre contraído en esa plaza
siendo eje de un globo pesado y agorero
inclinando sin piedad nuestra balanza.
Me contaron que pasó por ésta tierra
perforado en sus ojos la mirada
que si buscas con cuidado entre las piedras
verás su huella caminando doblegada.
Que si te arrimas por algo a la ribera
no dudes en mirar hacia las aguas
quizá la sangre te guíe a su camino
y la luna te muestre otro mañana
Tal vez huelas en el viento su ceniza
o el latido de su pecho en esas alas
desplegadas como símbolo iracundo
de su errante transitar en la bandada.
No digas que no vino a rescatarte
tal vez lo confundió tu verborragia
y se fue buscando en otro rumbo
tu aliento encadenado de nostalgia.-


Walter Faila