domingo, 26 de octubre de 2008

Escultura de lujo ( Te amé)




Te amé desde el suburbio desollado de mis días,
en mis mares omitidos de playas y mareas.
Al costado de la vida programada por los jueces,
en el sótano del tiempo embotado de lirismo.

Te amé a pecho abierto en la batalla,
en las crisis urbanas del amor envejecido.

Me sostuve en el silencio amoral de tu castigo
cuando tu voz de sentencia se negaba a la palabra.

Te amé desde mis huesos de animal salvaje
cuando el sol se iba como un pájaro afligido
ha refugiarse cansado detrás de la alborada .
Cuando el diáfano derrumbe del crepúsculo
cabía anticipado en una nueva madrugada,
y eran conos oscuros de sombra y precipicio
las líneas paralelas de las huellas de tus ojos.

Te amé desde mi sangre como a un vicio
en la inquietud de mis anhelos presunciosos
Con el grito borracho de rebeldes gemidos,
y los iris azorados en la heredad de tu caldera.
Cuando siendo obrero y peón de tu cintura
intenté tallar tu corazón desde un poema.

Te amé mujer sin tiempo... ¿lo recuerdas?
Eras para entonces
solo piedra y cobre en la cantera.-

Walter Faila

lunes, 20 de octubre de 2008

Poema Triste




Otra vez clavaste tu flecha en el centro del poema
una vez mas dejaste silenciosa mi palabra.
¿Hasta donde llega tu benevolencia noble
abandonando incauto en tus guardianes
el cuidado y la certeza de tus actos?
Cual es la honra del honrado si le quitas
tres vetas de maderas para tallar una angustia.
Tu me comprendes, ¿verdad?
¿sabe tu grandeza comprender mi minúsculo estallido?
Otra vez, hija de Júpiter, Artemisa,
tu saeta ha paralizado el corazón de mi poesía,
matando en un minuto la voz que lloraba de congoja.

La figura de una rima triste vaga por los muros
plagada de abandonos y desdichas,
como un gato que busca escapar de la sombra
que proyecta sin recelos la fase clara de la luna.

Se ha enturbiado la esencia en mi bosque de escarlata,
y entre defunciones imprevistas y penas cotidianas
el cielo se ha sentado perplejo en los espejos del mar,
buscando explicaciones en el origen de sus aguas.

Detrás de los telones de ésta escena,
miro aniquilado sangrando de ausencias
la garganta cortada de mi último verso.

Walter Faila

miércoles, 15 de octubre de 2008

Historia de un Olvido

Es éste el mismo suelo la misma tierra
la igual alfombra el idéntico valle.
Por aquí pasaron Incas, Aztecas, Capitanes.
Aquí se escudó el pueblo y se quemaron las aldeas.
Se obstruyeron las cíclicas cerraduras del olvido.
Se marcaron los caballos robados a los indios
se mataron los perros que sobraban en la calle.
En ésta misma y avejentada tierra,
en ésta arena de arrugada playa.
Se voltearon los templos de adobe y de barro,
se incendiaron los libros repletos de memoria.
Aquí, hermanos, se vendieron las almas.
Sobre éste lastre de cadenas en progreso,
nos pusieron herraduras y montajes,
nos vistieron de señores elocuentes,
de sabios guionistas de cuartel y de oficina.
No sabían que el amor era mas
que una rastra de abusos y vejámenes
Nos dejaron encerrados en un cuerpo sometido,
en dos manos laboriosas y sangrantes.
Nos cubrieron la vida de relojes y caminos,
elevaron concordancias de poder y de avaricia.
Omitieron el contarnos mas allá del protocolo
que aún cabían en un ánfora tres sueños,
que el honor justificaba la mortaja y el destierro.
En ésta misma casa donde hoy gime la vergüenza,
nos legaron cien lunas escondidas en los bosques,
dos mil soles durmiendo detrás de las montañas,
a cubierta de los lobos con su muerte insobornable,
soportando el desatino de la fiera convergencia .
Se olvidaron de entregarnos nuestros ojos,
de explorar en nuestras almas milenarias.
Omitieron decirnos que el amor era otra cosa.
Excluyeron de los labios nuestras risas,
se olvidaron de llorar con nuestro llanto.-

Walter Faila